«Sexualidad y Dependencia»
Sexualidad y Dependencia fue el título del último Desayuno con Conocimiento, el tercero ya, que celebramos el pasado sábado día 16 de Diciembre. La jornada estuvo guiada de la mano de la gran Chef Martina González Veiga. Normalizar la sexualidad en las personas con diversidad funcional es el objetivo.
Cuando comenzamos a preparar este desayuno nuestra expectativa era finalizar la jornada con multitud de herramientas que nos sirviesen de ayuda en nuestro día a día. Herramientas que nos facilitasen el abordaje de la sexualidad con nuestros pacientes y sus familias. Herramientas que facilitasen lo complejo y liberasen lo tabú.
¿Con qué nos encontramos? Con que cada uno de nosotros disponemos de nuestras propias herramientas, y con que para poder aplicarlas tenemos primero que liberarnos de nuestros propios tabúes.
Desde que nacemos, y a medida que nos vamos haciendo adultos, nuestra mochila sexual se va llenando. Se va llenando de lo que nos van contando y de lo que nos van silenciando. La mayoría de nosotros hemos sido educados en el sexo a través del silencio, del cine, de las películas porno y de lo que nuestros amigos mayores creían saber. Y en general, lo que conseguimos con esto es recibir una educación sexual basada en estereotipos. El hombre cachas, potente sexualmente; la mujer sumisa, no exploradora de su propio placer; y un largo ecétera que va dando forma a esa mochila.
¿Y qué ocurre con la sexualidad de las personas con diversidad funcional? Pues exactamente lo mismo, está basada en estereotipos y prejuicios. En multiples ocasiones damos por hecho que las personas con diversidad funcional no tienen sexualidad y por ello los infantilizamos. O si por el contrario entendemos que sí la tienen, solemos pensar que es una sexualidad desmedida y descontrolada. Entendemos también que las mujeres con diversidad funcional no son deseadas, o lo son en menor medida que los hombres, y quizá creamos también que no sienten deseo sexual.
Como relata en este vídeo Antonio Centeno, activista social en favor de la diversidad funcional: “Los médicos me convencieron de que el deseo y el placer no eran cosas para mi. De que mi corporalidad no permitiría vivir eso de manera satisfactoria”… “Me di cuenta de que lo que fallaba era la mirada, fallaba la manera en que se te consideraba y por lo tanto la manera en la que se te trataba. Había una mirada muy infantilizadora”… “Sexualizar nuestra realidad es la manera de romper con esa mirada infantilizadora que nos causaba toda una serie de distorsiones en nuestras vidas”.
¿Qué podemos hacer entonces para liberarnos de nuestros tabúes ,cambiar nuestra mochila y avanzar? Sencillo, entender que la educación sexual comienza en el nacimiento, desde muy pequeños. La educación sexual empieza con el afecto, con el cariño y con el amor. Desde que nacemos nos convertimos en personas dependientes de otras personas y dependientes de amor, contacto y cariño. Sin esto no sobreviviríamos como especie.
Debemos de educar a nuestros pequeños en el amor. Responder con naturalidad a sus preguntar, e incluso propiciarlas. Aportarles una visión positiva de la sexualidad libre de estereotipos de género. Hemos de validar y dar cabida a la expresión de sus emociones, sin coartarlas ni ridiculizarlas. Hemos de propiciar su autonomía, dotarlos de recursos y no de sobreprotección. Tenemos que transmitirles el respeto a su propio cuerpo y a todos los cuerpos. El respeto a lo diferente.
Como conclusión podemos suscribir de Martina González, Chef de este tercer desayuno que
heredamos nuestro pasado, pero podemos estimular nuestro pensamiento crítico y generar conocimiento para cambiar nuestro presente
Desde Cefine Neurología, seguiremos trabajando por y para la inclusión.
Puedes ver un pequeño vídeo del Desayuno clickando aquí.