Caídas en el anciano o adulto mayor

Las caídas de ancianos son especialmente frecuentes y tienen consecuencias muy graves. Todos sabemos lo peligrosas que pueden ser las caídas, y seguramente conocemos en nuestra familia a alguien que ha sufrido sus consecuencias. Las caídas sobretodo en ancianos y en personas con afectación neurológica, son uno de los principales problemas sanitarios, por ello, su prevención y tratamiento es fundamental.

¿Por qué se caen las personas mayores?

Las causas de las caídas son múltiples, existen numerosos factores que influyen y afectan al equilibrio y la marcha de la persona. Entre las causas de las caídas en los ancianos destacamos:

Causas de las caídas en los ancianos:

  • Condición física: muchas caídas se producen por la pérdida de equilibrio, la falta de fuerza muscular, pérdida de masa ósea, disminución de la agudeza visual o incluso la inseguridad al caminar.
  • Enfermedades: las consecuencias de muchas enfermedades crónicas como el ictus generan caídas ya que aparece debilidad muscular, se disminuye la capacidad de reacción de la persona…etc
  • Alteraciones mentales: el deterioro cognitivo que se produce en las personas mayores está asociado al aumento de caídas por múltiples razones. Como consecuencia, los distintos tipos de demencia, la depresión y la ansiedad aumentan las posibilidades de sufrir caídas.
  • Fármacos: el tratamiento con fármacos puede influir aumentando las caídas, por lo que es recomendable que un profesional sanitario revise el tipo de medicamento, la dosis y las posibles consecuencias que puede generar.
  • Vivienda: existen muchos obstáculos en el domicilio (muebles, alfombras, líquidos…) que pueden desencadenar una caída. Por lo que mantener el orden o tener una buena iluminación son puntos clave. En este artículo te aportaremos varios consejos que puedes aplicar inmediatamente para disminuir el riesgo de caídas. También se pueden evitar caídas en el domicilio entendiendo «Los problemas para vestirse de pacientes neurológicos y personas mayores».

¿Cuáles son las consecuencias de una caída?

Las consecuencias de las caídas son muy amplias ya que tenemos que tener en cuenta no solo las consecuencias inmediatas, sino también a medio y largo plazo. Los ancianos que sufren una caída habitualmente tienen una evolución funcional y social peor que aquellos que no caen, además de volverse cada vez más dependientes.

Consecuencias de las caídas en personas mayores:

Las personas mayores son el grupo de población que sufren más caídas mortales, de hecho el 75% de las caídas se producen en mayores de 65 años, y este es un dato muy relevante ya que las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales.

Las caídas, además de generar lesiones directas por el propio traumatismo como fracturas, contusiones o heridas, también ocasionan otros problemas derivados de no poder levantarse del suelo de forma autónoma y no recibir ayuda en largos periodos de tiempo.

A parte de estas consecuencias, también cabe destacar los problemas psicológicos derivados. La persona tiene miedo de volver a caer, por lo que restringe su actividad habitual, lo que influye notablemente en su día a día. No sale a pasear, reduce las interacciones sociales, su ocio se restringe a actividades estáticas, no realiza la higiene habitual e incluso dejan de vestirse de manera autónoma por miedo a tropezar y caer de nuevo.

La pérdida de confianza en sus capacidades y la constante demanda de ayuda, hacen que el anciano se vuelva cada vez más sedentario y dependiente, desarrollando en muchas ocasiones cuadros depresivos.

Consecuencias socioeconómicas de las caídas:

Como consecuencia de las caídas, encontramos varias problemas socioeconómicos que afectan tanto a la persona que sufre la caída como a sus familiares. Algunos ejemplos son:

  • Incremento de las visitas a profesionales y centros sanitarios.
  • Necesidad de cuidadores, de familiares que ayuden en el día a día y de elementos de asistencia como bastones, muletas, andadores o sillas de ruedas.
  • Modificaciones en el hogar de la persona: modificaciones arquitectónicas, colocación de pasamanos, rampas, superficies antideslizantes, ascensores…etc
  • Cambios en los hábitos de vida del paciente y de sus familiares.

Consecuencias de las caídas de ancianos para sus familiares:

Las consecuencia de las caídas, no solo afectan a la persona mayor que las sufre, sino que también tiene un elevado impacto en sus familiares más directos. En la inmensa mayoría de los casos, son los hijos y nietos quienes asumen y aumentan su rol de cuidadores primarios ya que la dependencia de la persona que ha sufrido la caída se ve muy incrementada.

Programa de prevención de caídas:

Hasta la fecha sabemos que las intervenciones más eficaces para reducir el riesgo de caídas, son aquellas enfocadas a reducir los distintos factores de riesgo, basadas en el ejercicio terapéutico y personalizadas.

Intervención de los factores de riesgo de la caídas:

Una intervención es multifactorial cuando actúa o tiene como objetivo disminuir los factores de riesgo de caídas como puede ser la falta de fuerza muscular, déficits en la visión, alteraciones del control postural…etc.

Todas personas son distintas y en consecuencia los factores de riesgo que afecten a unos no tienen por qué ser los mismos que afecten a otros. En Cefine identificamos estos factores de riesgo tras una amplia valoración inicial que realizamos a todos nuestros usuarios antes de iniciar el tratamiento.

Prevención de caídas con ejercicio terapéutico:

Por otra parte, decimos que estas intervenciones deben estar basadas en el ejercicio. Pero siempre que este ejercicio sea pautado por un profesional sanitario y en condiciones de mínimo riesgo de caída, con las medidas de seguridad pertinentes.

Programa personalizado de prevención de caídas

Finalmente es importante que estas intervenciones para disminuir el riesgo de caídas sean personalizadas y consensuadas con el usuario, tras haber realizado una correcta valoración inicial.

Como decíamos anteriormente, una buena valoración es la clave para comenzar el tratamiento, sin esta sería imposible ser efectivos en las intervenciones. Una vez realizada esta valoración se plantean una serie de objetivos que deben estar consensuados entre ambas partes, el profesional sanitario y el usuario.

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